Leyenda de La Santa Compaña en el Pazo de Vista Alegre

Descripción

Corría el año 1883. La pandemia de la viruela hacía poco que diezmara nuestra comarca. Nuestro Estado tenía serios conflictos con las colonias. En fin, era una época de depresión social y económica y, por lo tanto de hambre.

En el viejo Pazo de Vista Alegre vivía a la sazón el Marqués con su familia y criados. De aquella, la parte trasera del palacio estaba dedicada a jardines y huertos. En estas últimas habían plantado, sobre todo, maíz y patatas, destinadas al autoconsumo.

Era sobre la una de la madrugada. Toda la gente del palacio dormía a pierna suelta cuando..., de repente, se escucharon uno extraños ruidos que venían de la huerta. Los criados espabilaron y avisaron al resto de los habitantes de la casa. Se asomaron todos a las ventanas y ... allí la vieron: ¡La Santa Compaña! Un montón de lucecillas que andaban dando vueltas por la huerta, moviéndose muy despacito, sigilosamente. Los del Pazo cerraron las ventanas y se pusieron a rezar entre lamentos entre los que se les iba la vida.

Y así toda la noche, de rodillas y rogando que la Santa Compaña no los llevase con ellos. Cuando levantó el sol, que es la hora en la que "las cosas de la noche" desaparecen, abrieron las puertas. Aún con el miedo en el cuerpo. Señores y criados bajaron hasta la huerta y... descubrieron el misterio: ¡La Santa Compaña les había robado todas las patatas!, no quedó ni la muestra.